Identificado por sus instalaciones interactivas y por sus trabajos de arte experimental, Francos cuestiona la evolución, la memoria, los sentimientos y hasta la condición humana. Sus inquietantes obras hacen hincapié en la naturaleza dialógica del arte conceptual. Artista contemporáneo con una visión poética que busca vincular la ciencia y la tecnología. En su proceso comunicativo le otorga a cada obra una increíble variedad de materiales.
Realizó sus primeras muestras en Sociedad y Estímulos de Bellas Artes de Ramos Mejía, con la creación de: (2013) "Siento, luego existo", un corazón de vaca en formol que comienza a latir cuando detecta la presencia del espectador, y (2014) “Almas Crueles”, un rostro de mujer oxidado que busca constantemente con la mirada al espectador, y cuando este se acerca ahoga su llanto en un alma de proyectil.
Sus obras inspiraron a la reflexión sobre la naturaleza humana, desde sus sentimientos hasta su crueldad. Sus expresiones artísticas exploran las conexiones entre lo imaginario y lo real, entre lo superficial y lo esencial.
Es una constante la creación de obras que contengan algo natural o algo esencial, y que intervenga la tecnología.
Dentro de la complejidad que pueda tener el aporte científico y/o tecnológico siempre busca que las obras puedan ser interpretadas por todos, de forma que el espectador interactúe con las mismas y cierre el círculo creativo.
Lejos de ser un juego de ciencias, sus expresiones artísticas dejan siempre un mensaje que conmueven de diferentes formas al espectador.
A modo de distintas “estaciones”, Sonido Etéreo es una intervención tecnológica que observa microorganismos en una gota de agua y compone, a través de la interpretación de sus movimientos, expresiones sonoras y visuales para lograr combinaciones estéticas que conmueven el alma.
“Almas Crueles”, un rostro de mujer oxidado que busca constantemente con la mirada al espectador, y cuando este se acerca ahoga su llanto en un alma de proyectil.
Después de todo, nosotros no vemos realmente el paso del tiempo, sino que, simplemente, sufrimos una serie de experiencias distintas de las que tenemos almacenadas en nuestros recuerdos y es esta diferencia que nuestra mente consciente percibe como tiempo.
Entonces, todo lo que es real es, simplemente un punto infinitesimal que se sitúa entre el pasado y el futuro, que conocemos como PRESENTE.
"Siento, luego existo", un corazón de vaca en formol que comienza a latir cuando detecta la presencia del espectador.